Un verdadero viaje interior

Una peregrinación de fieles y cooperadores del Opus Dei a Tierra Santa con punto de parada en Saxum, un centro de peregrinaje a cargo de la Prelatura que se espera esté operativo en 2016, es la experiencia que relata Cristina Errázuriz, supernumeraria chilena, quien asegura que este viaje “como matrimonio fue un verdadero regalo”.

Una fusión entre occidente y oriente, en medio del mundo. Esa es la primera impresión que Cristina Errázuriz, supernumeraria y madre de seis hijos, se llevó de Jerusalem: “Al llegar sientes la energía de la ciudad, repleta de gente de distintas razas y religiones. Es como la visión del mundo entero”.

Cristina regresó hace poco de una peregrinación que realizó junto a su marido y un pequeño grupo de fieles y cooperadores del Opus Dei. Se embarcaron en esta aventura luego de que su esposo, Augusto Undurraga, conociera en Chile a Antonio Quintana, Secretario General de la Asociación Saxum. Saxum es un proyecto de fieles de la Prelatura del Opus Dei en Tierra Santa que busca cumplir el deseo del beato Álvaro del Portillo de crear un centro de peregrinaje para multiplicar el número de visitantes y lograr que tengan una profunda experiencia espiritual, que los acerque más a Dios.

Augusto conoció a Antonio en el viaje que éste realizó a Chile en 2014, con el objetivo de dar a conocer Saxum y encontrar nuevos donantes. “Con él entendí la importancia que tenía visitar Tierra Santa y nos entusiasmamos con juntar un grupo de personas y partir”, cuenta.

Para un creyente, éste no es un viaje más

Con 8 millones de habitantes y sólo un 2% de cristianos, el viaje a Tierra Santa requiere preparación. Augusto señala que recurrió a Quintana para organizar de la mejor manera esta peregrinación y acceder a una buena agencia de viajes que les permitiera contar con un guía que respetara sus intereses. Cuenta que allí hay cerca de 1.100 guías y sólo el 1% es católico. Para una persona creyente, la experiencia dependerá en gran parte del guía que le toque.

Ir a Tierra Santa toca tan profundamente a las personas que hay que promover y animar a que la gente se embarque en esta aventura. Así lo ha señalado el Prelado del Opus Dei, Monseñor Javier Echevarría, en más de una oportunidad, al precisar que está en los planes que todos los cristianos visiten la casa de Jesús, en la medida que les sea posible. “Asistir a una Misa en la gruta de Belén, donde Jesús descansaba en su cuna, después tenerla en el Santo Sepulcro, es una experiencia que te mueve muy fuerte interiormente. Esto que decía san Josemaría de meterse en las escenas del Evangelio como un personaje más, ¡no cuesta nada, porque estás ahí mismo!”, afirma Cristina.

Los cuatro matrimonios que fueron iban en la misma sintonía. Además del interés por entender y estudiar el contexto histórico de cada uno de los parajes que visitaron, a todos les interesaba aprovechar los lugares santos para hacer oración y leer detenidamente los Evangelios. Cristina destaca que en sus ratos de meditación fue fundamental el texto "Huellas de la Fe", escrito preparado especialmente para guiar la peregrinación a Tierra Santa y que incluye información histórica del lugar, de los evangelios y de las enseñanzas de san Josemaría. “Fue la mejor guía turística. Una verdadera guía interior”.

El peregrinaje a Tierra Santa comenzó en Tiberíades, en la costa del Mar de Galilea. Desde ahí partieron a Nazareth, donde pasaron un día completo. Cristina afirma que fue en ese lugar donde se dio cuenta de la proporción de las cosas, pues se imaginaba una ciudad grande, pero Nazareth en esa época era un pueblo de sólo 100 personas. "Si Dios ha elegido este lugar tan pequeño para que viviera su hijo, uno dice esto sólo puede ser de Dios, porque no guarda ninguna lógica humana. Y además que a todos nosotros nos influya de manera tan profunda…”.

Carolina Barros, cooperadora, que viajó junto a su marido, Jorge Andrés Varela, cuenta que un lugar que fue especialmente recogedor para ella fue la gruta de Belén: “Ver la pobreza donde nació Jesús y la fe con que los peregrinos besaban el lugar fue impresionante. Celebramos Misa ahí mismo y después volvimos a rezar cuando quedaba menos gente”, destaca.

La visita a estos santos lugares “ayuda a captar lo concreto y profundo de nuestra Fe. El lugar físico donde comenzó la Encarnación, los ambientes donde Jesús creció y predicó su mensaje, la locura de su amor por cada uno de nosotros plasmada en tantos gestos concretos; sus sufrimientos y total donación. También la audacia y generosidad de esos primeros cristianos que han desparramado nuestra fe hasta los confines de la tierra a partir de estos rincones tan concretos. Toda la aventura del cristianismo comienza ahí”, añade el sacerdote José Huneeus, que viajó con el grupo, sobre su impresión de esta travesía.

Las piedras de Tierra Santa

Además de Tierra Santa el objetivo de este viaje era conocer Saxum (que en latín significa piedra), centro de peregrinaje que se espera esté operativo el segundo semestre de 2016. Esta iniciativa de fieles del Opus Dei toma el apodo por el cual san Josemaría llamaba al beato Álvaro del Portillo. Cristina cuenta que su nombre también coincide con la composición de los lugares sagrados. "Las piedras estaban por todas partes. En los distintos santuarios son muchas las que están bajo los altares o que son consideradas importantes".

“Pienso que Saxum va a ser un gran aporte para los peregrinos ya que podrán profundizar los conocimientos para ir mejor preparados y sacarle el máximo de provecho a los lugares Santos”, señaló Carolina Barros sobre el recinto.

Por su parte el Pbro. José Huneeus, comentó que dentro del centro funcionará una escuela de hotelería y otros servicios, con personas de distintos países, culturas y con gran respeto a la concepción religiosa de cada una. “ Saxum es un proyecto de gran repercusión, pues personas de diferentes países podrán crecer en los fundamentos histórico-geográficos de su Fe y además experimentar la universalidad del Opus Dei”, acota.

Cristina describe que otra iniciativa de la Prelatura en la zona es el centro de idioma Polis, un instituto donde se enseñan lenguas, como el hebreo o el árabe y las lenguas muertas, latín, griego clásico, etc. "El poder entenderse parte por comprender el idioma del otro. Hay bastante gente que ha nacido en Jerusalén que no habla el mismo idioma que la persona que tiene al lado. El lograr avanzar en entenderse mejor es un paso muy importante".

Cristina y Augusto coinciden que fue tan fuerte la experiencia que les tocó vivir que, desde que regresaron, viven de manera distinta cada Misa y cada lectura y oración sobre la vida de Jesús, pues admiten que es imposible no acordarse de los lugares sagrados e imaginarse con una mirada más realista lo que vivió el Señor en su paso por la tierra. "Desde que he vuelto toda mi oración está influenciada por esto. Cada vez que leo el Evangelio, rezo el rosario, o hago oración, mi corazón se vuelca a esos lugares".

Cristina se pregunta cómo no haber captado antes la importancia y el significado que tiene hacer un viaje así. "En cuántos viajes uno prioriza el descanso o la cultura. Si yo analizo los viajes que he hecho en mi vida yo diría que éste es el que más me ha tocado" y añade que volvió con muchas energías a trabajar y estar con su familia.

Los dos aseguran que fue un verdadero regalo vivir esta experiencia juntos como matrimonio. “Uno comparte este viaje interior. Te permite poner juntos las preocupaciones con los hijos delante del Señor. Y te reafirma la base sólida en que estamos asentando nuestra familia”.