Gladys García vivió en España, país en el que tradicionalmente se realizan pesebres, o "belenes", en los que se recrea el nacimiento de Jesús con escenas de la vida cotidiana de la época.

De regreso en Chile, en el 2021, Gladys quiso realizar un "Belén" como los que conoció en Madrid, ya que para ella "es la mejor manera de adentrarse a este misterio tan grande de nuestra redención".

Fue así como comenzó a trabajar y logró instalar uno muy sencillo en la puerta de su casa, en la comuna de Lampa. Esto atrajo inmediatamente la atención de sus vecinos, quienes le llevaron algunos regalos por el trabajo que estaba realizando e, incluso, varios se ofrecieron de voluntarios para aportar con adornos y detalles.

Cuenta que un guardia de seguridad que cada noche pasaba por su calle y la veía trabajar un día se acercó y comenzaron a conversar. En un principio Gladys pensó que le diría algo por estar haciendo la instalación del pesebre afuera de su casa, pero, al contrario, la conversación terminó en una sencilla catequesis donde ella le explicó todo lo que significaba el momento histórico y el lugar en el que nació Jesús. Gladys le explicó cómo era la vida en esa época y que esto no era "una historia", sino un acontecimiento real en la vida de un cristiano. Al mismo tiempo, conversaron sobre algunas dudas de fe que él tenía.

¿Y si hacemos uno más grande?

Al ver el entusiasmo de todos quienes se acercaban a ver su obra, el año  siguiente se animó a hacer uno más grande. Se organizó para pedir fondos con los vecinos y familiares y recopilaron materiales reciclados para "gastar lo menos posible", explica. "Íbamos por las casas recogiendo plumavit, retazos de tela, alambres y todo lo que pudiera servirnos", añade.

"Mientras iba armando las figuras, que requieren mucha paciencia, decía: 'Señor, para ti toda la gloria, lo pongo en tus manos'. Eso me ayuda a hacerlo con gran dedicación y amor a Él", señala Gladys. Lo mejor de esta experiencia ha sido la unión que se creó con los vecinos, donde cada uno fue aportando: a algunos se les daban mejor las manualidades; a otras la costura, etc.

Además, los momentos en que se juntaban a armar las figuras, eran una oportunidad para hablar sobre el sentido de lo que estaban haciendo, convirtiendo esos encuentros en verdaderas catequesis. "Yo siento que esto no solo nos unió como comunidad, sino que también sirvió para acercar a muchas personas a la fe, a redescubrir el sentido de la Navidad y entender dónde nació el Niño Dios", explica Gladys.

Una conmovedora historia surgida a raíz de esta actividad fue la del hijo de una vecina de 5 años, con quien pudo ir profundizando sobre los sacramentos. "Tuvimos la alegría que este año recibió su Bautismo y esto es fruto 100% de la oración y de la intervención divina de Dios", explica emocionada. 

Revisa la galería de fotos con imágenes para ver las figuras y detalles que han confeccionado para este Belén.

Todos unidos por el Belén 

Este año 2023 Gladys decidió planificar el trabajo con la ayuda de una amiga. Ella le armó un calendario para ir organizando la confección de las figuras y todo lo que necesitaban. Iniciaron en junio las reuniones con las vecinas y con su hermana. "Primero había que armar las figuras, luego los accesorios, las flores, los animales, los adornos, etc", dice.

El 6 de diciembre se pusieron como día límite para poder inaugurar. “Aunque siempre podemos ir agregando detalles, si no nos poníamos una fecha, no íbamos a terminar nunca", dice entre risas.

Ese día fue un sacerdote a dar una bendición a toda la comunidad que trabajó en el Belén, a la que asistieron todos los vecinos, los que ayudaron en el montaje y confección e incluso los miembros de la Junta de Vecinos del sector. El sacerdote que realizó la ceremonia había estado pocos meses antes en Tierra Santa y les dijo que todo lo que habían representado era fiel a la realidad del lugar.

"En la ceremonia estaba mi madre, que es mayor, con quien yo vivo. Ella sentía un orgullo tan grande por este trabajo que fue la que cortó la cinta. Fue muy emocionante", cuenta Gladys. Ese día encendieron las luces –gracias a la ayuda de un vecino experto en electricidad–, cantaron villancicos y rezaron todos juntos en comunidad. "Fue realmente una maravilla congregar a tantos en torno al Niño Dios y su ciudad de nacimiento", explica.

Durante todo el mes han tenido visitas programadas desde distintos sectores y quieren tenerlo expuesto hasta el 7 de enero o bien hasta la Presentación del Niño en el templo, si es que sigue aumentando el interés por conocerlo. En el futuro, si resulta, quisieran hacerlo en un sitio donde puedan verlo más personas.

“Yo estoy feliz con este trabajo que hemos logrado y le pido a Dios que toque muchos corazones para quienes lo visitan”, concluye Gladys.