La JMJ con los ojos de una chilena con sangre polaca

Como en casa. Así se han sentido los miles de jóvenes peregrinos que han participado en esta JMJ en Cracovia. Christiane Raczynski, Directora de la Fundación Ayuda a la Iglesia que sufre, y con sangre polaca por sus venas nos da pistas del porque los asistentes resaltan la alegría vivida en estos días, como la de un bullicioso hogar familiar.

Peregrinos chilenos y chinos junto a una bandera chilena en Cracovia.

Un millón de jóvenes recibió al Papa Francisco con todo el entusiasmo ayer en el parque Blonia. En el altar, se encontraba el retrato de Cristo de la Misericordia que apelaba con su dulce mirada a los presentes. El arzobispo de Cracovia agradeció su presencia y tras un colorido festival de danzas del mundo, en que cada cultura se sintió identificada, Francisco, como un padre cariñoso pero firme , llamó a los jóvenes a no perder la capacidad de soñar y no dejarse engañar: “Queréis para vuestras vidas ese vértigo alienante o queréis sentir esa fuerza que os haga sentir vivos, plenos? (...) ¿Qué queréis? No se oye bien... Para ser plenos, para tener una vida renovada, hay una respuesta. (...) No es una cosa, no es un objeto. Es una persona y está viva, se llama Jesucristo. Un aplauso para el Señor”.

Peregrinos chilenos en el stad del arzobispado de Francia en Cracovia

El multitudinario encuentro concluyó con una oración en la que el Papa invitó a los jóvenes a construir puentes y a derribar muros, a socorrer al pobre, al abandonado a acoger sin miedo a quienes vienen de otra cultura, a escuchar a los ancianos. Durante estos días, Cracovia se ha convertido en una alegre y colorida ciudad y Polonia ha demostrado una vez más una fe firme y probada a pesar de las continuas pruebas.

Christiane, cuyos padres una noche de enero de 1945 tuvieron que huir de Polonia a causa del Ejército Rojo, nos habla de la fe de este pueblo haciendo un parangón con Chile:

“Polonia es un pueblo creyente, su conversión data del siglo X. Varias veces en la historia fueron los polacos los que impidieron que pueblos infieles penetraran en Europa. Quizás el momento más dramático fue el asalto de los tártaros a Cracovia en el siglo XIII, cuando hordas de mongoles, venidos de las estepas del Oriente, atacaron la ciudad. De haber vencido, otra sería la historia de Europa. Por eso los polacos tienen muy claro que son y han sido el antemural de la Cristiandad. Y esa certeza los acompaña aun hoy pesar de que no han estado inmunes a la secularización.

La devoción a la Virgen de Czestochowa, al igual que en Chile, la de la Virgen del Carmen, ha sido fundamental, tanto en la época del comunismo como en las batallas contra los infieles. Al igual que los chilenos, a los polacos les gusta celebrar las fiestas patronales, llevar flores a sus santos, hacer peregrinaciones. Tienen una religiosidad popular fuerte y profunda”.

Christiane en la construcción de la capilla de Lagunillas, IV región.

¿En un mundo en guerra, sumido en diversos tipos de despojo. ¿Qué es lo más importante a la hora de llamar a lo que más queremos, como “casa”?

"Una noche de enero de 1945 tuvimos que salir de Polonia. Mi papá logro embarcar a mi mamá, mis cinco hermanos y mi abuela en un tren que evacuaba una clínica. Mi hermano recuerda cómo el tren se detenía para dejar a orillas de los rieles a quienes habían muerto. Yo iba calentita, en el seno de mi madre, quizás o seguramente sintiendo el terror que la atenazaba a ella. Llevábamos en nuestras mochilas bienes muy importantes: creencias, un gran sentido de familia , mucho amor y cultura. Creo que esos son los ingredientes principales para construir, más que una casa, un hogar. En Chile encontramos estos mismos valores y sobretodo muchas familias dispuestas a ayudarnos y a abrir su corazón".

¿Es la Iglesia una “casa común” para todos? ¿Cómo lograr que los católicos al asistir y abrazar la fe se sientan como “en casa”?

"Cuando el papa Francisco habló de la “casa común” lo encontré tremendamente visionario. Es un término que sobrepasa los límites geográficos, políticos o culturales. En la casa común no debiera haber odio sino tolerancia, el cuidado de ella es tarea de todos y no competencia. La Iglesia tiene aquí un gran rol pues su mensaje precisamente quiere sobrepasar los muros que dividen a los hombres. A través del bautismo somos hermanos, hijos de un padre común. Y quienes no son creyentes o pertenecen a otras religiones deben ser respetados, comprendidos y atendidos.

Desgraciadamente hoy somos muy individualistas y practicamos la religión más que nada en el ámbito privado, Muchas veces no somos comunidad. Distinto es en lugares alejados. A través de la campaña “Capillas para Chile” de Ayuda a la Iglesia que Sufre, fundación que presido, hemos construido capillas en lugares muy alejados. Pudimos vivenciar que allí la Iglesia es la que atesora y guarda la tradición, las alegrías y penas, de una comunidad. Allí, cuando la Iglesia se cae, se desmorona también la comunidad. Es en torno a la Iglesia, a sus fiestas y ceremonias que se va tejiendo una trama de relaciones que son importantísimas".

Los santos patronos de esta JMJ : Santa María Faustina y San Juan Pablo II

En el contexto del Año de la Misericordia, esta JMJ tiene como patrones a San Juan Pablo II y Santa Faustina Kowalska.

“Sin san Juan Pablo II no hubiera caído el muro, al menos no tan pacíficamente. Para los polacos fue una sorpresa tener un Papa de su nacionalidad, su elección fue una gran inyección de orgullo para un pueblo sometido. Luego, cuando Juan Pablo II hizo su primer viaje a Polonia el pueblo quiso demostrarle su cariño y se atrevió a salir a las calles. Al oír al Santo Padre decir “la Verdad os hará libres”, las multitudes adquirieron conciencia de que juntos eran poderosos, que juntos podrían lograr grandes cosas, que juntos podrían reconquistar la libertad. Y así sucedió…..

Santa María Faustina y sus revelaciones se conocían en Polonia pero fue Juan Pablo II el que le dio un impulso definitivo, con su canonización. Ahora un Papa argentino al convocar un Año de la Misericordia le dio universalidad. Para mí “la casa común” y la misericordia, son dos inseparables, una no puede darse sin la otra".

Testimonios desde Cracovia

Hay alrededor de 1.800 jóvenes chilenos en Cracovia estos días.

Elisa Cox

"Somos un grupo de colegialas que estamos en Cracovia. Estuvimos en la misa de inauguración con el obispo de Cracovia. Sus palabras nos llegaron al corazón. Nos animó a llevar la fe a todas partes y asentarla en Cristo , raíz de nuestra vida".

Eugenia Izquierdo

"El ambiente en Cracovia es impresionante. Los jóvenes de todas las partes del mundo están muy motivados, con una gran alegría apoyando al Papa y demostrando públicamente la fe. Hemos tenido los oídos atentos a escuchar lo que Cristo, a través de Francisco nos quiere decir a cada uno".

Rosario Silva

"En la homilía, el obispo nos dijo que si estamos acá era por algo, que teníamos que cambiar y convertirnos. También se refirió a los cristianos perseguidos y nos pidió que rezáramos por ellos, al igual que por el fin del terrorismo".

Mateo Fantoni:

"Llegamos ayer a Cracovia, y celebramos una misa con un grupo de irlandeses en latín, fue muy bonita. Luego fuimos a una casa del Opus Dei y estuvimos en un concierto organizado por el arzobispado de Francia. Sirvió para conocer cómo es la devoción en otros países. Llama la atención la buena onda que hay de todos los jóvenes de distintos países".