El acontecimiento reunió a 200 personas en el Manhattan´s Union League Club y contó con la colaboración del Comité de Amigos de Josemaría Escrivá.
El Rev. George Rutler dijo que san Josemaría tuvo que enfrentarse a muchos problemas en la vida, desde la Guerra Civil española a las muchas incomprensiones que padeció el Opus Dei. A pesar de todo, siempre mantuvo el ánimo y la calma.
“No hay santo sin Cruz”, advirtió Fr. Rutler. “San Josemaría definía la mortificación como ‘la oración de los sentidos’, y su vida es el mejor ejemplo de que el sufrimiento es, paradójicamente, una invitación a la alegría”.
El conferenciante, párroco de la iglesia de Nuestro Salvador de Manhattan y autor de 14 libros de cuestiones teológicas y culturales, dedicó mucho tiempo a comentar las enseñanzas de san Josemaría sobre la santidad heroica a la que han de aspirar todas las personas. “La santidad es lo normal”, subrayó. “Únicamente la corrupción del pecado nos presenta esta meta lejana. Pero no, la santidad no es complicada. Basta con realizar lo de todos los días con amor”.
Asimismo, en la conferencia relacionó la vida de san Josemaría con la de otros santos de la Iglesia. Como san Josemaría y san Juan Diego fueron elevados a los altares con pocos meses de diferencia el año pasado, Fr. Rutler supuso que uno y otro se habrán ayudado a auparse hasta el Cielo.
El ponente divirtió a los presentes con las anécdotas con que salpicó su discurso. Contó, por ejemplo, que había entregado estampas de san Josemaría a la Madre Teresa, al comediante Bob Hope y a la estrella de béisbol Stan Musial.
En representación de los organizadores, Austin Ruse del Instituto ‘Catholic Family and Human Rights’, una ONG de las Naciones Unidas especializada en defensa de la familia y de la vida, calificó la jornada de exitosa y prometió nuevos actos durante el 2003.