Director de comunicaciones de la visita papal en Colombia visita Chile: "El Papa Francisco los sorprenderá"

En Iquique, a pasos del santuario de “la virgen del mar”, donde Francisco descansará después de la Eucaristía que celebrará en Playa Lobito, se realizó un nuevo encuentro de comunicadores y periodistas para preparar la próxima visita papal.

El director de comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia para la visita del Papa, Juan Camilo Díaz, destacó que para los medios de comunicación esta cobertura implicará un gran desafío ya que “Francisco no viene a balconear”, sino que viene a influir en el corazón de todos los chilenos.

“No hay nada de qué preocuparse, sino de qué ocuparse”, con esa frase abrió el expositor principal del IV Encuentro Preparatorio para Periodistas y Comunicadores a la espera de la Visita Apostólica del Papa Francisco a Chile, que se realizó esta semana en la Universidad Santo Tomás, en Iquique. El dueño de la cuña fue el bogotano Juan Camilo Díaz quién ejerció como Director de Comunicaciones por parte de la Conferencia Episcopal de Colombia para el viaje del Santo Padre en ese país, en septiembre pasado. Su presentación, enfocada en aportar su experiencia y en dar herramientas a los periodistas y comunicadores locales, destacó la importancia de “ser creativos” al momento de contarla y tomar conciencia de que el Papa “donde hay lío, quiere estar”.

Monseñor Guillermo Vera, Obispo de Iquique quien, recordando la figura de Juan Bautista en el desierto, señaló: “Espero que el Papa pueda conocer un poco más la realidad de este norte que tanto ha aportado a la grandeza de Chile (...)

Centró las ideas en que los periodistas –creyentes o no- tenemos que ser capaces de entender “la visita como un suceso transformacional, salir de los clichés y de la comodidad; prepararse para las sorpresas y, sobre todo, para asumir la responsabilidad de contar las historias detrás de la visita”. Añadió, hay que recuperar “la frescura original del Evangelio: destacando que los mensajes de Francisco son universales; crean unidad y no individualismo y generan esperanza y sentido de cohesión.” El desafío en cada nota escrita, de audio o radial será la de “contagiar la alegría de su mensaje, mostrándolo a través de historias y testimonios de la Iglesia en salida que viven a diario personas que hacen realidad, en silencio, la cultura del encuentro, el trabajar en las periferias y el ´misericordear´, como le gusta subrayar al Papa permanentemente”.

“Una voz que clama en el desierto”

La segunda parte del encuentro se abrió con la presentación de Monseñor Guillermo Vera, Obispo de Iquique quien, recordando la figura de Juan Bautista en el desierto, señaló: “Espero que el Papa pueda conocer un poco más la realidad de este norte que tanto ha aportado a la grandeza de Chile y tantas veces olvidado, por eso agradecemos que él viva aquello de salir a las periferias (…); qué bueno que el Papa venga y conozca a la gente que con tanto esfuerzo cada día va labrando su existencia y procurando el bien de los suyos y

la grandeza de una nación; es esta gente la que necesita ser animada, consolada, es la gente que necesita experimentar con fuerza aquellos verbos que el Papa proclama: acoger, acompañar, integrar. Queremos caminar hasta Lobito para experimentar a través de los gestos y palabras del pastor sencillo, la caricia de Dios que siempre con su gracia anima y consuela. El vivir esto, ya es algo grande. El saberse valorado y amado por Dios sana heridas, refresca en los cansancios y agobios, da esperanza”.

"Queremos caminar hasta Lobito para experimentar a través de los gestos y palabras del pastor sencillo, la caricia de Dios que siempre con su gracia anima y consuela. El vivir esto, ya es algo grande. El saberse valorado y amado por Dios sana heridas, refresca en los cansancios y agobios, da esperanza”.

Posteriormente intervino La hermana María de la Luz Alcalá, psicóloga y religiosa mexicana de las Misioneras Eucarísticas de María Inmaculada, quien se refirió al rol de la mujer en la Iglesia Católica en el norte de Chile. Destacó que “la esperanza en América Latina tiene rostro femenino, ya que son las mujeres quienes entretejen las redes para defender la vida; que hoy son las abuelas las encargadas de traspasar la fe a sus nietos y que tienen el desafío con los jóvenes de la periferia de abrir sus corazones a Jesús para que rescaten la esencia de la verdadera alegría”. También contó conmovida que “en el trabajo con mujeres de la cárcel he descubierto el rostro golpeado de Jesús. Ellas siguen sufriendo allí, con sentimientos de frustración al sentirse separadas de sus hijos y de las personas que aman, sabiéndose tres veces discriminadas por ser mujeres, migrantes y porque han violentado la ley”.

María de la Luz Alcalá, psicóloga y religiosa mexicana de las Misioneras Eucarísticas de María Inmaculada, destacó que “la esperanza en América Latina tiene rostro femenino, ya que son las mujeres quienes entretejen las redes para defender la vida"

Posteriormente fue el momento de hablar de los migrantes en Iquique, tema muy relevante para la ciudad y, a la vez, una preocupación permanente del Papa Francisco. El tema lo abordó Janett Gómez, quien hace 23 años trabaja en la Pastoral de Migraciones de la diócesis de Iquique. Junto con explicar detalladamente la vasta acción de promoción social que realiza la Iglesia con los migrantes, señaló que la labor más importante que hay que realizar, junto con solucionar las necesidades básicas de quienes llegan pidiendo ayuda, “es la pastoral de escuchar”.

Al finalizar, tanto periodistas como miembros de la comunidad iquiqueña salieron del encuentro convencidos de que el próximo 18 de enero será un día de gran fiesta: una fiesta de la fe, donde miles de personas rezarán, cantarán y bailarán y donde como señaló Monseñor Vera “una gran cantidad de hermanos y hermanas, vestidos con sus mejores galas le mostraran al Santo Padre cómo se vive la fe en los diferentes santuarios de nuestro norte, cómo este desierto se llena de color de música, canto y baile cuando junto a la Virgen, al santo Patrono y al altar, el creyente quiere rezar para escuchar al Señor que siempre nos trae paz y palabras de vida eterna”.